ELISEO PARRA
Música y percusión tradicional
La necesidad de acompañar el canto con percusión dio lugar a una variedad de instrumentos que abarcó, no sólo, panderetas y panderos, también utensilios de cocina tales como: sartenes, almireces, cucharas, morteros, calderos, etc… algo lógico si tenemos en cuenta que era la mujer la protagonista de este tándem. Así es, de los informantes que nos atendieron en mis años de trabajo de campo, el 90 por ciento fueron mujeres. En el curso se enseñarán primero los cantes y después la percusión, principalmente pandereta y pandero por ser los más versátiles, para luego juntar ambos en la interpretación de los géneros: bolero, seguidillas, sevillanas, charros, baile sanabrés, de Peñaparda, de Maragatería, de El Alosno, etc. Será necesario llevar pandereta con piel y pandero cuadrado con baqueta. La que esté interesada en sartén ha de llevar cuchara y dedal para tocarla. En definitiva, el instrumento se trae de casa.
De formación autodidacta, mientras era batería del grupo de rock MiGeneración, estudió por libre solfeo y armonía en el Conservatorio de Barcelona durante los años 70.
Tocó jazz un tiempo corto y después estudió en la Escuela de Música de Vallvidrera mientras aprendía percusión latina con Pedrito Díaz. Estuvo de cantante en orquestas de salsa como La Sonora Catalana y más tarde empezó a interesarse por la música tradicional.
En 1983 se traslada a Madrid para formar el grupo Mosaico y graba un disco homenaje al gran folclorista segoviano Agapito Marazuela.
De nuevo compagina la salsa con el folklore y acompaña a cantantes de todo tipo.
En 1989 conoce al antropólogo José Manuel Fraile Gil y con él comienza la faceta de recopilador por buena parte de España. Mientras graba varios discos de temas suyos, tradicionales y de música sefardí con la dra. Susana Weich Shahak.
En 1996 compone la música de la suite Romance que estrenó el Ballet Nacional en el Teatro de la Zarzuela con la Sinfónica de Madrid.
En 1998 graba el disco Tribus Hispanas que representó un cambio de rumbo en su carrera musical. En 2001 musicó la obra Peribañez y el Comendador de Ocaña para la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Dedicado desde entonces a los conciertos por el país, Europa, Asia, América y África ha podido alternar éstos con la labor docente, primero en la Escuela de Folklore de Madrid y después en varios locales de la capital, así como cursos intensivos durante 17 años.
En 2019 le otorgaron el premio internacional de folklore Agapito Marazuela.
Ha grabado 22 discos y tiene escrita una biografía a cargo del periodista Rafael Alba.